Algo de mí...

La vida me ha dado la gracia de tener muchos amigos... de un grupo, de otro, de un par de cuadras, de miles de kilómetros, de la niñez, de la adolescencia, de la facu, del trabajo, de la adultez.
Hombres, mujeres, jóvenes, grandes, de todos los días, de una vez por semana, de una vez por mes.
Todos distintos, tanto que a veces son in-mezclables, y que cada vez que intenté el experimento (cumpleaños, por ejemplo), me la pasé yendo y viniendo de un grupo a otro sin estar en ningún lugar...

Tengo esa suerte, de saber que los tengo, a todos, y que están por ahí...

Hoy quiero hablar de las más viejas (y no de edad)...

Mis amigas más antiguas y yo, formamos un grupo completamente desigual. Somos completamente diferentes. Tenemos personalidades diferentes, alturas diferentes, pesos diferentes, forma de cuerpo diferentes, y hasta color de pelo (una morena, una castaña, una rubia y una peliroja).
Como podrán imaginarse, NUNCA voy a decir cuál es cuál, pero seguramente, algunas serán fácilmente identificables (ellas se identificarían inmediatamente si leyeran el blog... jaja).

Una ama las fiestas, y nos arrastra a todas... La otra ama los bares, y nos arrastra a todas. Otra ama quedarse en casa, y nos arrastra a todas. Otra simplemente va a todos lados, y nos arrastra a todas... jajaja.
Una tiene que estar rodeada siempre de gente, otra es capaz de ir sola a los bares... Una habla hasta por los codos y nunca dice nada de ella. Otra nunca habla, pero cuando abre la boca, es como si hubiera pasado un tornado. Una tiene un blog (esta es fácil) y otra no entiende nada de computadoras.
Distintas profesiones, distintos trabajos, vivimos en distintos barrios.

La única cosa que tenemos en común, es que las cuatro estamos solas... Las cuatro somos mujeres en los 30, profesionales, independientes, inteligentes, divertidas, lindas (sí, a veces me considero linda), ácidas, irónicas, abiertas y sin prejuicios...

Es más, somos tan diferentes que hasta estamos solas por razones diferentes...

Una es la típica "amiga". De chica era la que más amigos hombres tenía. Es la que usualmente se pone en el lugar del otro y trata de entender lo que le pasa antes de emitir una opinión. Es así como los hombres la perciben inmediatamente. La invitan a salir, y al segundo trago le están contando todo de su vida, de lo tristes que están por su ex, o le piden consejo de cómo seguir adelante... y ella se convierte en su amiga.

Otra es la que está sola porque no sale más de una vez con casi ninguno de los que la invitan, que son MUCHOS. Ella los conoce, sale una vez, e inmediatamente identifica que no son lo que está buscando. Ella es la que todos los días te dice "yo SÉ que me voy a casar y que voy a formar una familia, lo SÉ porque eso es lo que quiero"... Entonces, no pierde el tiempo con gente que cree que no le puede dar lo que ella está buscando.

Otra es la más romántica. Cree que si tuviera un amor podría enfrentar cualquier encrucijada, ir a cualquier sitio y dejar cualquier cosa atrás, pero es pésima eligiendo. Siempre se termina enamorando de los ojos más tristes, y siempre termina siendo la "rebound girl" (rebote, Mile). La que les enseña a esos ojos tristes a creer de nuevo, a pelearla de nuevo, y cuando están listos, se van a buscar a alguien a quien amar a otro lado.

Y la otra es la que nunca se toma demasiado tiempo para conocer a nadie. Ella sale a divertise y espera encontrar a alguien que la acepte como es, que entienda "quién" es, y que la acompañe. Es la que siempre bardea, la que te lleva a mandarte las cagadas y siempre te deja pagando, y es la que está ahora cambiando toda su vida porque sabe cómo quiere vivir de ahora en adelante.

A veces no entiendo cómo somos amigas. A veces no tengo más opción que creer en el Dharma, el Karma y el destino.
Y en el fondo, me parece que lo único que tenemos en común, es que nos tenemos a nosotras...