Día 3En la primera vista que tuve de la ciudad durante el paseo del aeropuerto al hotel, no me pareció una ciudad linda, pero como estaba muy cansada no estaba segura si realmente era así o era que nada me parecía bien.
Durante el día, y habiendo dado un par de vueltas, confirmé mi primera impresión: la ciudad es fea!
La gente en el hotel es extremadamente amable y servicial… te hacen sentir bien…
Me llamó la atención, inicialmente, que los indios “clientes” son muy despreciativos con la gente que los atiende o les está brindando algún tipo de servicio. Ya lo había notado en el avión, pero acostumbrada como estoy al tema racial, pensé que era porque el sobrecargo era negro (uno tiene el preconcepto racial americano, supongo…). Luego me dí cuenta que no es así.
Los indios con cierta cantidad de dinero, la suficiente como para convertirse en
“clientes”, tratan mal a cualquiera que les esté brindando el servicio que solicitan. Supongo que debe tener que ver con el sistema de castas, pero no sé mucho de la cultura, y no me atreví a preguntar.
Por lo tanto, y sigo suponiendo, cuando alguien lo trata bien, les habla bien, o simplemente los saludan con un “buen día”, ellos te tratan como si fueras la reencarnación de alguno de sus dioses.
Cuando llegué al hotel me bañé, acomodé la ropa, me conecté a Internet para avisar que llegué (muy cara, la verdad) y me pedí servicio al cuarto… Estaba muy cansada, no tenía ganas de salir, así que comí rápidamente, me volví a conectar un rato y luego me tomé un amigo Zolpidem para asegurarme de dormir bien y terminar de hacer el cambio de horario.
Al día siguiente me desperté a las 10 menos cuarto y salí corriendo para desayunar antes que terminara el horario… dormí casi 11 horas!!!
Después de desayunar decidí dar una vuelta por la ciudad, y por sugerencia de la gente de recepción, me subí a un taxi que estaba parado en la esquina, que son como motos con techo…
Le pedí al taxista que me llevara al
Mahatma Gandhi Memorial y que me buscara en una hora. Solía ser uno de los palacios del Aga Kahn (el príncipe de la región), donde Gandhi estuvo preso y donde su esposa y su secretario murieron. Ahora está convertido en una especie de museo histórico sobre la vida de Gandhi y donde descansan sus cenizas.
Aparte de la construcción, que es absolutamente increíble, me fascinaron los jardines… todo super cuidado… lleno de pájaros, ardillas, perros que viven ahí… hermoso… Con un solo problema, queda sobre la ruta principal al aeropuerto, y los ruidos se escuchan desde adentro…
Les dije que los indios son muy ruidosos????? Bueh, no saben lo que es el tránsito… además de desordenado, es completamente vertiginoso, como para que se den una idea, mi taxista se metió a contramano por la ruta del aeropuerto, porque era más fácil…
Y NO ERA EL ÚNICO QUE LO HACÍA!!!!
De alguna manera, extrañé el tránsito de Buenos Aires…
Siguiendo, recorrí todo el palacio. Extrañamente, uno de los guardias de seguridad se acercaba a cada rato para comentarme algo de lo que estaba leyendo, o contarme algo… y luego, mientras caminaba por el jardín, lo ví mirándome desde la galería del edificio.
Al principio pensé que me estaba vigilando, que le parecía “sospechosa” de algo, pero luego cambié de opinión.
El cambio de opinión lo tuve cuando un grupo de mujeres, vestidas con sarees típicos hermosos, se me acercaron sonriendo y me pidieron: SACARSE UNA FOTO CONMIGO!!!
WTF?!?!?!?!?!?!?!
Se sacaron como 5 fotos, me tocaban los brazos… y cuando les pregunté por qué las fotos, me dijeron que porque tenía una piel tan linda y tan rara, pero sobre todo, por el pelo… Parece que el color de mi pelo es
MUY llamativo acá (ya me lo había adelantado mi jefe).
Ahí entendí… los tipos me miran mal porque parezco una especie de bruja y a las minas les encanta………………………. justamente por eso!!!!
Jajajaja… de pronto me sentí poderosa…
Mi taxista me vino a buscar… y le pedí que me llevara al
Templo Parvati.
Me llevó y cuando llegamos, se bajó del taxi conmigo y me dijo que me iba a acompañar, porque no era seguro que fuera sola y me dijo que caminara bien cerca de él… un grande mi taxista-guía!
(después, en algún momento, me pareció que se estaba “pavonenado” conmigo frente a los otros, como que me estaba exhibiendo, y cuando me llevaba de vuelta al hotel, me quiso “vender” al hijo, aparentemente ingeniero… jajajaja… me causó un poco de gracia, pero rechacé amablemente que me lo presente…).
Cuando subimos la colina… aaaaaahhhhh casi necesito un pulmotor!!!! Es el punto más alto y es uno de los templos Peshwa de la ciudad, donde aparentemente, se murió el Samadhi Sthan, algo así como uno de los fundadores de ese sitio (o al menos, eso es lo que le entendí a mi guía)… Desde esa colina, el punto más alto de la ciudad, se puede tener una vista panorámica de todo Pune.
Me tuve que sacar los zapatos para hacer todo el recorrido, incluso en las partes externas.
Una cosa graciosa: el que te recibe los zapatos nos los quiso afanar, si no hubiera estado con un local, seguramente me hubiese vuelto todo el camino en patas!!!!A la entrada, había una estatua de una vaca sagrada, que hay que saludar… ahí tenés que hacerte la marca del tercer ojo, para incorporar la sabiduría del lugar… así que terminé con toda la frente manchada de rojo, que me costó un huevo sacarme!
El lugar era muy hermoso, pero difícil de entender, porque los carteles están escritos en alguno de los idiomas locales, así que tuve que limitarme simplemente a mirar… el taxista no me explicaba demasiado. Me llamó la atención que había 4 templos diferentes, pero todos los dioses están como atrás de rejas, adentro de los templos, y la gente les tiene que rezar desde la puerta…
Los chicos me perseguían y me pedían que les saque fotos, y mi taxista me espantaba a todos los que me pedían cosas y me querían vender algo.
Debo confesar algo… no sé si es la diferencia de cultura o qué, pero más allá de mis chistes previos, la salida de hoy me dio bastante miedo… No creo que vuelva a salir sola…
Fin del día – fuera de programa:
Del banco mandaron un médico para hacer un control de salud por el tema de la N1H1 y entregar un barbijo, y conocí a otros de los que vinieron al curso.
Por suerte hay dos mexicanas, así que me descargué un poco con el castellano… Ellas no salieron en todo el día del hotel, porque lo intentaron en la mañana y les dio miedo… Y eso que son dos!
Confirmaron de nuevo mi sensación… la ciudad ES FEA Y DA MIEDO!!!