Día de museos

Día 5 - NY

Había llegado el moento de cultivar nuestro espíritu... lo sabíamos... lo necesitábamos.

Y como todos los museos quedan hacia el norte, hacia allá nos dirigimos.Arrancamos temprano con el Museo de Ciencias Naturales en el Upper West Side, de hecho arrancamos tan temprano que tuvimos que quedarnos esperando que abriera.


Sin embargo se podía acceder al hall central, así que aprovechamos para mirar la arquitectura clásica y maravillosa, y me colgué con unas placas de mármol que tenían grabadas diferentes frases de Roosevelt, quien fuera el fundador del museo, que me dejaron deleitada... aquí la que más me gustó:
(El Estado: El nuestro es un gobierno de libertad a través y bajo la ley. Una gran democracia debe ser progresiva o pronto dejará de ser una gran demogracia. Una lucha agresiva por lo justo es el deporte más noble que el mundo enfrenta. En gobiernos populares, resultados valiosos sólo pueden ser obtenidos por hombres que combinan ideales valiosos con sentido común práctico. Si debo elegir entre rigurosidad y paz, elijo rigurosidad. TR)


A las 9 abrió para el público y pudimos entrar. Lo recorrimos entero, incluyendo una exhibición en el planetario que explicaba toda la teoría del Big Bang, la creación de los planetas, las estrellas, su composición... Interesantísimo, didáctico y visualmente maravilloso. Luego nos atravesamos el Central Park hacia el Upper East, con la intención de ir al MET (Metropolitan Museum), pero... OH! Sorpresa!... Los lunes está cerrado (sí, sí... dos boludas que no chequeamos), así que seguimos un poco más al norte y nos fuimos al Guggenheim.


Guggenheim... Un edificio muy moderno, en forma de espiral o caracol u ola o algo así, donde las obras de arte están colgadas a lo largo de esas paredes externas a medida que se va subiendo (o bajando) por las rampas... (recomendación, es más fácil ir haciéndolo en subida, sobre todo si están con tacos... háganme caso!).

Bueh.... obras de arte... Sacando unos cuadros hermosísimos de Picasso, un Modigiliani y algunos Klimt, todo lo demás eran puestas de arte moderno y fotografías completamente incomprensibles. Ni siquiera se podía decir que un juego de colores interesante.Por si no lo notaron con el párrafo anterior, no soy una gran fan del arte moderno, pero un cuadro todo pintado de blanco con un punto en el centro, o la foto de una muñeca de porcelana semi enterrada en una especie de tumba, no son arte para mí (y como estos dos ejemplos, 200 más en ese museo solo).

Por suerte al salir se nos ocurrió chequear, porque habíamos decidido dejar el Moma (Museum of Modern Art) para el día siguiente, pero éste cerraba los martes, así que nos fuimos caminando para allá.

Un museo un poco más grande que el anterior y, como su nombre lo indica, muevamente arte moderno sin sentido, sancando honrosas excepciones de, nuevamente, Picasso, Klimt, Modigliani, algunos Dalí absolutamente maravillosos (todas estas obras de la época en que a sus autores todavía no se les había tronado el cerebro), varios Pollock (YA con el cerebro tronado), y la más tronada de todos: una muestra de la artista (¿?), pintora, fotógrafa y desarrolladora de arte en vivo, Marina Abramovic.

Casi toda su obra consistía en modelos (gente real, en vivo y en directo) parados o colgados de una pared, completamente en bolas y totalmente inmóviles, y una serie de videos de mujeres y hombres en bolas "fecundando" la tierra (o mejor dicho, actuando como que la copulaban...(¿?)).
Pero esto no es todo, para nada! Además tuvimos la suerte (¿?????) de ver a la artista en vivo, sentada en una silla, frente a otra persona sentada en una silla, mirándose sin moverse... Así estuvieron desde que entramos hasta que nos fuimos, y supongo que así habrán seguido.

Lo más loco es que había una serie de aspirantes a esta clase de arte, sentados alrededor mirando y tomando notas (WTF?!?!?!?!), y que de a ratos, en un rapto de fervorosa adrenalina frente al avasallador espectáculo (¿??????) rompían el silencio con sus aplausos cerrados e interminables... (en un momento pensé que se había batido el récord Guiness de más tiempo sin pestañar, y que aplaudían por eso... =P).



Tanto arte nos requería un poco de realidad, así que nos volvimos a ir al Downtown, esta vez a recorrer Little Italy, el barrio que se convirtió en asentamiento histórico de la comunidad italiana en NY, donde nos sentamos en una mesita de un restaurante sumamente encantador en la vereda, para tomar nuestro almuerzo/ merienda/ comida.


Esa pasta... ahhh... eso sí que era una verdadera obra de arte!!!