Cómo hice esto sola...

Nueva sección: De cómo hacer solo, cosas que solía hacer acompañado o que nunca había hecho antes.


Ayer fui al cine sola.... (toda una declaración).

Hacía muchos años que no iba sola... creo que a eso se debe que hiciera tanto tiempo que no iba al cine.
=P

Recuerdo que cuando recién vine a vivir a Buenos Aires solía ir sola. No me importaba. Tenía pocos amigos en Buenos Aires, un par heredados de mi pueblo y poca confianza con la gente de la facu como para arreglar programas, así que me las arreglaba sola. Era joven... nadie mira con cara de "pobre mina" a una chica de 17 años con cara fresca y desprecoupada, que va al cine sola.
Con el tiempo hice más amigos, a eso se sumaron algunas citas que te invitaban, y también tuve algún novio con quien ir... Y esto se repitió por muchos años.

Pero ahora hace un buen rato que no tengo (ni citas ni novios, me refiero). La mayoría de los amigos tienen sus planes, y sus obligaciones, y sus vidas, y las coordinaciones se hacen cada vez más difíciles. Y esta vez DE VERDAD quería ver la película.
Así que, rumié la idea durante todo el día, y finalmente tomé la decisión de ir sola.


He aquí los pasos...

Elegí el lunes para ir por dos razones:
1. Estaba ansiosa por ver la peli...
2. Es un día poco transitado en las salas de cine...

A la tarde, en charla por mail con una amiga, le pregunté qué tan patético le parecía, y ella me contestó:
L: - Más patético es estar sola en tu casa jugando al solitario.
M: - Con cartas o con compu? Quiero saber cómo medir mi nivel de patetismo.
L: - Con cartas, Mecha... (así no te sentís tan mal...)


Así que llegué a casa, me dí una ducha, me saqué el look oficina, me calcé unos jeans y unas plataformas, y previo secado de pelo, maquillaje y perfume, me fui al cine.

Es una situación rara la de arreglarse para uno mismo, para hacer dos cuadras y encerrarse en un sitio donde, de todas maneras, nadie te va a estar mirando.

Fue toda una experiencia tener que lidiar con la cara de la pendeja de la taquilla cuando me preguntó "cuántas?" y yo le respondí "una".
Por un segundo pude avidinar en sus ojos un dejo de algo que no puedo describir del todo, pero era una mezcla de conmisceración, simpatía y admiración por la valiente treintona que tenía enfrente, toda arreglada para ir sola al cine... hasta llegué a leer un "ojalá no me pase a mí", o capaz que estoy alucinando.

Otras de las partes difíciles es la de la espera antes de entrar.
Creo que definitivamente hay una convención para ir al cine, y esa convención es que hay que ir de a dos.
Describo la cola para entrar: una pareja, otra, dos amigas, Mecha, una pareja, una pareja... y así ad infinitum cortando en la primera curva... (vamosss, no fue tan nerd...).

Una vez adentro, ya está! Ya pasó la parte más difícil y solamente tenés que estar durante los minutos que dure la peli (151 en mi caso...), sin hacer ningún comentario con nadie (yo podría haber hablado a la gorda que está sentada al lado (que a pesar que el cine estaba prácticamente vacío, y que en mi fila solamente estaba sentada yo, vino y se sentó al lado con su gordo partener... GRRRR (no, no eran numeradas (les dije me gusta anidar paréntesis?)), pero temí que con el ruido de los papelitos de las veinte decenas de caramelos que se estaba morfando no me escuchara, y no quería levantar la voz en medio de la peli... =P) .
Igual, esta parte no es tan grave. Al menos no para mí, que disfruto de los silencios.

La elección es otro de los quid de la cuestión. En mi caso, fue la elección correcta para volver a las salas sola: un policial...
Imaginate si vas a ver un drama y salís con toda la cara roja, los ojos hinchados de tanto llorar y el maquillaje corrido, sin pañuelos en la cartera (no tenía... y no tengo, ahora que lo pienso), y para colmo todavía tenés que atravesar tooooodo el shopping.
Sep, fue la elección correcta.

Y cuando salí... el alivio... la superación...

Todo el camino de vuelta fue con una sonrisa. Además de que la película fue maravillosamente todo lo que esperaba, me sentí tan bien conmigo misma, que ni me importó tener que sacarme el maquillaje "de nuevo" para irme a la cama, ni me importó que no había comido, ni me importó... eso... eso tampoco me importó.