lunes, 28 de mayo de 2012

Historia de Terror en dos partes - Parte II

Viene de la entrada anterior...



Dos meses después, la situación empeoró.

Mi hermano llegó a la casa de mi mamá en el mismo estado.

La maltrató a ella y golpeó muy duro a un amigo que estaba con ella en ese momento antes de intentar tirarlo por las escaleras.



Llegamos a La Comisaría de la mujer y La Familia al día siguiente temprano, esta vez tuvimos que esperar. Había más de 5 personas que se quejaban por la espera.


La señora que estaba adelante mío abrazaba fuerte a sus dos hijas de más o menos 10 años, mientras compartía con los demás que ella sólo quería que el ex no la moleste.

Una hora más tarde una asistente social nos indicó que en el juzgado que atiende la causa debíamos hacer un escrito para solicitarle al juez una exclusión urgente ya que el asunto se había agravado.


Dependiendo del juzgado y del juez se puede dar o no a lugar un pedido de exclusión, siempre teniendo en cuenta que hablamos de una persona enferma.


Antes de irnos nos advierten que en el juzgado están de paro pero que exijamos una respuesta.


En el juzgado efectivamente estaban de paro. La empleada, a desgano, me pide los datos para buscar el expediente. El escrito lo tiene que hacer un abogado. Si no disponía de uno en ese momento debía ir a La defensoría rápidamente para que un defensor lo vea y volver antes de las dos de la tarde para que lo atienda el juez.


En la defensoría también estaban de paro. Llegamos al medio día. Noté que muchas de las mujeres que ahí estaban eran las mismas que había visto en la comisaría y otras eran las mismas del juzgado.


Nos atendieron a las 13:45. La persona que nos atendió nos dijo que debía ver el expediente. Nos dio un papel para presentar en el juzgado, con ese papel nos entregarían el expediente.


El expediente llegaría de todos modos en algún momento a la defensoría. La empleada dijo "-hoy, mañana, tal vez pasado o cuando vayan".


Para cuando nos dieron el papel para retirar el expediente, el juzgado había cerrado.



A las 8 en punto de la mañana llegamos al juzgado con el papel de la defensoría.
La empleada busco el expediente y nos recomendó contratar un abogado. Pero mientras tanto podíamos nosotros agilizarlo de esta manera ya que ambos, juzgado y defensoría seguían de paro.


Esta vez la sala de espera de la defensoría estaba completa. Teníamos el numero 14 de los talones naranjas. Había talones verdes también. Eran las 11 de la mañana.

Justo frente a mi una mujer lloraba. No se ocultaba, cada tanto se limpiaba el maquillaje con un pañuelito descartable.


La señora a mi izquierda, pelirroja, tenía el número 8 y estaba desde las 9 de la mañana. Había dejado los chicos en la escuela. Esa era la tercera vez que iba. Su ex había pasado el perímetro en dos oportunidades. Una de esas veces la encontró en la puerta de su casa y le arrancó un mechón entero de pelos de raíz. "-Me está creciendo ahora", me dijo, mostrándome el flequillo cortito. Está cansada. Sale a la calle con miedo. El ex se compró una moto. Ella no sabe de donde sacó la plata porque desde que lo dejó, gracias al apoyo de la maestra de uno de los chicos que veía todos los días un golpe nuevo en su cara, él no le pasó un centavo. "-Los chicos comen todos los días igual" aseguró.


Esa mujer pelirroja con cara de cansada necesitaba hablar.


Su tono de voz fue siempre el mismo. No había ni altos ni bajos en sus palabras, todas estaban apagadas. No fue al trabajo, vino a pedirle al defensor que haga algo porque ayer el ex pasó por al lado suyo en moto con un palo, le dio un palazo en la espalda y se fue. "-Están esperando que me mate" me dijo "-Yo no quiero que me mate... por los chicos, viste".


Me acuerdo que una vez Jorge mi ex, me dijo medio en joda, medio en serio:
“-Algunas mujeres se merecen una cachetazo cuando se hacen las locas”
Y lo insulté para adentro. Es más, creo que lo odié.



Mi mamá se quedó dormida en la silla de plástico. Le pregunté a la pelirroja cuando fue la ultima vez que llamaron desde la mesa de entradas:

"-A la chica quemada, ¿No la viste? Yo me la cruce abajo. Vino como cuatro veces a denunciar que el marido pasaba el perímetro que le pusieron y bue… lo cruzó de nuevo y ... ¡Zas! la quemó ¿Le viste los ojos? No se que le hizo que ahora le van a llorar siempre. Daba impresión, el defensor no podía ni mirarla a la cara... espero que ahora le hagan algo a ese tipo". Se acomodó en la silla y siguió "-Esperan que te maten"


Al rato entraron dos mujeres, una de ellas mas joven con un bebe en brazos. La hija le hablaba enojada a la madre y mientras le daba la teta al bebe decía en voz alta
“Otra vez acá, la puta madre... si no van a hacerle nada.”


La persona que nos atendió nos hizo pasar a una oficina y nos dijo que iba a leer el expediente para ver si se podía hacer una exclusión ya que con respecto a la intervención el juez, había ordenado que lo cite un psicólogo y él no se había presentado.


Pasamos a otra oficina donde nos atendió un defensor.


El defensor miró el expediente y nos informo que la exclusión no era recomendable ya que estábamos hablando de un enfermo que, una vez que se encuentre excluido de su hogar, iba a reaccionar peor. Le aconsejó entonces a mi mamá dirigirse a una institución en donde personal capacitado podía enseñarle como tratar a un enfermo (Nota de Mecha: ¿??????????).


Insistimos con la exclusión. La mujer me miró y con mucha tranquilidad me contestó en un tono que mas que de contención fue estúpido.


"-Por experiencia sabemos que los casos de adicción se presentan por alguna falla en el hogar (Nota de Mecha: Algo así comooo.... si te mata, igual era tu culpa, así que jodete!). La ley de salud mental cambio mucho hace dos años. No se puede internar a una persona que no quiere hacerlo. Como tampoco aconsejamos que se lo excluya de su hogar porque sabemos que el enfermo se puede volver mas violento aún. Por eso le aconsejamos a la familia para que se oriente de como tratarlo"

Pensé en la pelirroja: "esperan que te maten".


Insistimos de nuevo hasta que una mujer desde un escritorio cercano a la puerta elevó su voz y dijo
"-¿Sabe qué? Haga la exclusión. ¡Que lo saquen de su casa! ¿Sabe como terminan estas cosas? Terminan cuando el enfermo mata a alguien o alguien lo mata a él"


Me di vuelta y le dije que esperaba ayuda antes de que mi hermano mate a alguien o alguien lo mate a él, pero la mujer se paró y mientras se iba la escuche que dijo:


"- Ahhhh se acuerdan de la justicia cuando ya no saben que más hacer"

Mi mamá y yo salimos temblando de esa oficina forrada de afiches que decían:
“Basta de violencia”, “Digamos NO a la violencia de género” con fotos de puños cerrados con cara de hombres malos y mujeres llorando.


Nos miramos y creo que las dos tuvimos miedo.


Llegamos al juzgado con la solicitud de exclusión. La empleada me dijo que se la iba a presentar al juez. La resolución iba a demorar y para ganar tiempo fuimos a la fiscalía. Era necesario que adjunte en mi expediente una nueva solicitud de perímetro sobre mi casa.


En la fiscalía esta vez me atendió una empleada con una sonrisa, ya el tono de su voz era amable, aproveché entonces para preguntarle todo lo que pude. Ella me enseño que las fiscalías proporcionan custodia policial y los juzgados perímetro de seguridad. Para poder solicitar uno debía hacerlo por medio de La comisaría de la mujer y la familia.
Sabíamos que no todos los jueces daban a lugar una exclusión.


Esa misma tarde el juez indicó enviar en las próximas 48hs un "ambiental", lo que significa que un asistente social -según nos explico la empleada del juzgado-, visita la casa para corroborar a dónde vive, hablar sobre su comportamiento etc. Luego de ese informe el juez evaluaría las opciones.


A las 5 de la tarde llegamos a La comisaría de la mujer y la familia. Durante el viaje con mi mamá repasamos las veces que hicimos ese camino durante éste ultimo tiempo, es más, las veces que lo llegamos a hacer en un día y nos preguntamos si las chicas que nos íbamos cruzando en cada uno de los lugares que visitábamos tenían auto.


Le explique al policía de la puerta a que iba y éste llamo a una señora que me dijo que tenía que dirigirme a la Comisaría de la mujer y la familia pero de Capital y hacer todo el trámite de perímetro allá como lo hice en su momento con el de custodia policial.


Le pregunté por qué al de perímetro me lo tomaron en provincia y al otro no si en el primero también se deja constancia que mi domicilio es en Capital Federal.


“-Ah, son cosas distintas.”


De todas maneras debía averiguar a dónde, porque ahí no manejan esa información. Es más, ni saben si en Capital Federal tienen una Comisaría de la mujer y la familia como ellos.


Esa tarde en la comisaría de mi barrio me informaron que existe esa dependencia y que se encuentra en Callao y Las Heras.

A la mañana siguiente decidí ir temprano. Justo al lado de la comisaría 17 atiende efectivamente La comisaría de la mujer y la familia, pero ahí sólo dan apoyo, asesoramiento y contención a las víctimas de violencia familiar. Las denuncias por maltrato familiar se atienden en Lavalle al 1200 y ahí es donde tengo que presentarme para efectuar la denuncia que me después debería llevar a la fiscalía para tramitar el perímetro de seguridad siempre y cuando Capital Federal se maneje como provincia.


Yo no sé nada de leyes. Lo único que se es que mi mamá todavía no puede volver a su casa...


lunes, 21 de mayo de 2012

Historia de terror en dos partes – Parte I

Esta es una historia real y contemporánea. Tan real y contemporánea, que esta pesadilla la está viviendo en este momento una de mis amigas más queridas.



Desde el principio, y con el miedo que sentí y siento por ella, le dije que tenían que hacer la denuncia. Esto fue hace mucho y finalmente se animó. El resultado no es mucho mejor…


Este es el resumen de la historia escrito por ella:



El patrullero me dejó en la puerta de la comisaría como a las 10 de la noche. El sargento me acompañó hasta la mesa de entrada y me indicó que espere.


Llamé a María llorando como loca, más que entender adivinó mis palabras e intentó tranquilizarme. No sabía por donde empezar. María, mi amiga, tiene el don de tranquilizarme. Hizo lo que pudo, yo estaba sacada.


Me llamaron desde la oficina del fondo. El comisario me hablaba mientras destapaba un yogur con Zucaritas, se excusó por hacerlo en éste momento pero no comía desde el mediodía y eran más de las 10 de la noche.


Llamé al 911 porque mi hermano, en estado de ebriedad, intentó tirarme por las escaleras. El portero del edificio fue quien me lo sacó de encima.


Después vinieron las amenazas:


Si "me hago la loca", es decir si hago la denuncia, me van a tajear la cara en la calle.




El comisario me escuchaba y al mismo tiempo escribía.
Terminó el escrito y me explicó que ellos no podían más que presentarse en el domicilio y tranquilizarlo hasta que se le pase el efecto del alcohol.


Cuando eso sucede él se comporta, como una persona normal.


Como está enfermo y es mayor de edad no hay muchas alternativas. La policía no puede intervenir de otra manera. No sin una orden de un juzgado. O sea, no pueden detenerlo. Parece que el daño físico, la violencia y las amenazas se denuncian pero NO son suficientes herramientas como para detener a una persona enferma.


En la denuncia quedaron asentadas las amenazas. Y el comisario me indicó los pasos a seguir.


Salí de su despacho y llame un taxi.


Llegue a la puerta de la comisaría y mire para ambos lados tratando de ver el taxi cuando vi que mi hermano venia caminando hacia la comisaría. Entré corriendo, pase la mesa de entradas sin darle tiempo al policía que estaba ahí, crucé el pasillo abrí la puerta de la oficina del comisario, pasé por el costado del escritorio, me paré al lado de él y le dije: "¡Está afuera!"


No me di cuenta de que él estaba con gente, ni que la puerta estaba cerrada. Y no sé que cara le puse pero debió ser de pánico, porque me miró fijo y me dijo


-Tranquila, acá no te va a hacer nada. Y gritó con "voz de alto" mirando para el pasillo, -Fernández ¡tráigame una silla! Fernández se acercó a la puerta y le dijo en voz baja:
-No hay sillas, Sr.
-¡Tráigame la suya!


Después de pedirle disculpas a las dos personas que se encontraban enfrente,acomodó la silla al lado de su sillón.
Me quedé a su lado hasta que vino el taxi, que tardó bastante porque llovía mucho y había demora.


Recién después, cuando le conté más tranquila este último suceso a María, tomé conciencia del miedo que me hizo sentir mi hermano.

Sólo había dos caminos a seguir: uno era solicitar la internación para que trate su adicción. Otro solicitar la exclusión del hogar para que no lastime a nadie más.


Con respecto a la internación debíamos tener en cuenta que con las nuevas leyes de salud mental, se complicaba. No se puede obligar una internación. El enfermo por sus propios medios tiene que reconocerse como tal.


La exclusión es básicamente excluirlo del hogar y fijar un perímetro de seguridad.


Cuando llegué a casa esa noche eran más de las 2 de la mañana.


Mi mamá me pasó a buscar a las 6 de la mañana del día siguiente.
Llegamos a "La comisaría de la mujer y La familia" en 30 minutos, ahí es donde se realizan las denuncias que tengan que ver con violencia familiar.


La comisaría recibe denuncias las 24hs horas. Si vivís en provincia y tenés que hacer una denuncia por violencia familiar, en tu comisaría no te la toman, tenés que venir sí o sí acá. Aunque a penas ingreses el cartel de la puerta diga
"Su comisaría tiene la obligación de tomarle la denuncia".


Hay una por distrito, o sea, no queda cerca de casa.


En la mesa de entradas me atendió una señora muy amable. Le muestro la denuncia que me tomaron anoche, la "denuncia penal". Pregunta a dónde sucedió y le explica a mi mamá que si es su hijo y fue en su casa, ella como madre tiene que solicitar la intervención o la exclusión del hogar.


Solicitamos una intervención. Sabemos que él no va internarse, pero esperamos que alguna autoridad pueda ayudarnos a convencerlo de que es lo mejor para todos.


Yo debo solicitar un perímetro en la Fiscalía, para eso tengo que esperar que la denuncia que hice anoche llegue de la comisaría a la fiscalía.


Al medio día llegamos a la fiscalía. Acá la cosa se complica, las empleadas sobrepasadas de laburo te explican como si fueras un abogado con experiencia, te dan los papeles y enseguida preguntan quien sigue.


Leo el papel que me entrega en el cual le solicito al fiscal que atiende la causa que me otorgue una "custodia policial" debido a la gravedad del hecho y las amenazas.


La custodia policial consta de un patrullero que pasa cada tanto por mi casa a verificar que todo esté en orden.


Para agilizarla me aconseja que me presente en la comisaría de mi barrio y los ponga al tanto.


A las 5 de la tarde llegamos a la comisaría, el policía que nos atendió nos explicó que de todas maneras debía esperar que llegue la orden de la Fiscalía.


Pensé qué posibilidades tenía, con los grandes problemas de seguridad y con todo el trabajo que atiende una comisaría, de que me otorguen a mí tal pedido.


Durante los siguientes 3 días me mantuve encerrada en casa, con las puertas trabadas. No ví a nadie. Sólo hablé por teléfono con mis amigas.



 
(Continúa...)


jueves, 17 de mayo de 2012

Dos de cuatro...

Bar... (el mismo de siempre). Amiga... Yo...

Conversación sobre la necesidad de contar con la compañía de un caballero para determinado evento social a transcurrir a fines del próximo mes.


Amiga: - Y con quién vas a ir?

Yo: - Con mi novio. Tengo 20 días para conseguirme uno...

Amiga: - Y si le pedís a algún amigo?

Yo: - Todos están con novia... y sus amigos no dan (según ellos... remitirse a "Duda existencio-solteril")

Amiga: - Ninguno???

Yo: - Bueno, en realidad "X", el amigo del hermano de "Z", está solo y además está bueno.

Amiga: - Y si está bueno, no te da para salir con "X"?

Yo: - No, imposible... Le gustan las pendejas, flaquitas, rubias y fáciles... y yo, si me esfuerzo, solamente puedo llegar a rubia y fácil...

martes, 15 de mayo de 2012

Probando los límites...

A modo de introducción les cuento que trabajo como Business Programme Manager en una empresa multinacional de capitales extranjeros. No soy millonaria, pero puedo comprarme un par de pares de zapatos al mesy salgo a comer afuera de dos a tres veces a la semana...

Hoy intenté comprar un dólar (UNO), pero según la AFIP no tengo capacidad financiera para hacerlo.

Espero que no hagan este control en el Club del Bon Vivir, porque sino me quedo también sin vinos...

jueves, 10 de mayo de 2012

Duda existencio-solteril...

Ayer, en un momento de profundas reflexiones con una amiga y varios tragos de por medio, nos dimos cuenta de que nuestros amigos (yo conté 7...), ante nuestra consulta, reclamo, ruego, súplica, siempre nos dicen lo mismo.

Y entonces nos surgió una duda existencial....


Todos los amigos solteros de nuestros amigos son un desastre o el desastre somos nosotras y por eso no nos presentan a nadie????


Acepto comentarios de todo tipo!

jueves, 3 de mayo de 2012

Como ya saben, a mí no me gusta planificar mucho en mi vida, porque cada vez que he planificado las cosas no me salieron y la frustración que me genera opaca cualquier otro pequeño logro que pueda haber conseguido.
Por esto tampoco me pongo metas a fin de año...

Eso significa que soy espontánea???? Ni a ganchos!!!!
Sólo significa que soy tan putamente obsesiva, que cuando me planteo cualqueir tipo de objetivo, no puedo disfrutar del día a día, porque siempre estoy pensando cuánto me falta para poder alcanzarlo.

Pero igual, uno no puede evitar hacer ciertas "evaluaciones de desempeño" a ciertas alturas del año.
Y hoy me toca...

Tengo tantas cosas que no he conseguido en el último año, que de sólo hacer el repaso se me hace una pequeña grieta en el alma.
Pero sin duda tengo que hacer una lista de las cosas de las que me tengo que enorgullecer:

- Conocí un montón de lugares, algunos acompañada otros sola, pero todos con mi esfuerzo (aunque no me vendría mal un sponsor).


- Probé comidas nuevas que me encantaron (aunque sigo sin comer mondongo).


- Cada día soy más fiel a mis pensamientos y a mí misma (a pesar de que a veces me ha generado angustia).



- Estuve cuando me necesitaron, me alejé cuando estuve de más y pocas veces fue con fastidio o dolor.


- Enojé a algunos, hice poner contentos a otros... amé, odié, olvidé y esperé, pero los de siempre siguieron estando.



- Aprendí que estar sola no es un castigo.


- Entendí que viajar es lo que mejor le sienta a mi espíritu y a mi humor.


- Progresé en mi trabajo a base de mucho esfuerzo y muchas horas restadas a otras cosas, pero al final del balance, eso también me hizo feliz (aunque sea un rato).


- Empecé canto... pero dejé el gym (en cuaquier momento lo retomo, sólo que no puedo planificar cuándo... je!).


- Volví a estudiar (bueh... estudiar es una forma de decir, por ahora es sólo "cursar").


- Arreglé un poco mi casa: cambié muebles, agregué cosas, puse plantitas... (me sigue costando un poco hacer orden!).


- No perdoné no lo que no superé y el resto lo dejé pasar, aunque no estoy segura de haber perdonado al final (no soy tan altruista).


- El último año volví a rezar, pero no pedí nada.



Y si tengo que pedir algo para el próximo año, sería aprender a dejar de esperar...